sábado, 13 de diciembre de 2008

El gusto por Antuco

Hola amantes del esquí. En un diplomado en educación me pidieron crear un blog para interactuar con mis estudiantes y escribir sobre un tema, y para poder escribir algo, que mejor que de lo que a uno le apasiona. En mi caso, esquiar en Antuco. De hecho trabajo para que llegue el invierno y poder subir a Antuquito a pasar la temporada de invierno esquiando ahí. Y por qué Antuco se preguntaran muchos esquiadores, sobre todo si son de la octava región, teniendo un tremendo centro de esquí como son Las Termas de Chillán. Simplemente porque lo que tiene Antuco no lo encuentro en ninguna otra cancha de esquí. Para empezar, nuestra cabaña, y por supuesto el paisaje a orillas del Lago Laja y la vista al valle, porque va poca gente (muy poca gente) y lo mejor, la amplitud y lo entretenida de sus canchas.

Lamentablemente en Antuco no todo es bueno, como se han dado cuenta los que alguna vez han subido a esquiar a Antuco, y es la calidad de la nieve. Pero, como dice el dicho local, el que esquía en Antuco, esquía en cualquier parte. Se nota y es la pura verdad.

El gusto por esquiar en Antuco se empezó a formar cuando tenía unos 8 años y nos llevaban mis padres a conocer la nieve y a tirarnos en un trineo copiado de la serial de monitos animados de Heidi, que nunca funcionó porque tenía unos esquíes delgaditos y uno se subía y se enterraba en vez de deslizarse. Después aprendimos a esquiar y teníamos que turnarnos los esquíes. Al último le tocaban los zapatos todos mojados, y obviamente ese último era el más chico (osea yo). Con el paso de los años todos aprendimos a esquiar, excepto mis padres, y el año 81 compraron la cabaña.

Se pueden imaginar cómo hemos gozado esa cabañita, pese a que en un principio no estaba construida para la cordillera. El viento se colaba por todas partes, con decirles que en la mañana uno se levantaba peinado. Tenía una chimenea que quedó mal hecha, nunca calentó más allá de su borde. Teníamos que turnarnos para calentarnos y cuando soplaba viento el humo nos sacaba de la casa y si estábamos almorzando o cenando había que hacerlo en la escalera o en la puerta de entrada. Pero el amor es más fuerte y la recompensa la teníamos al lado de afuera. Como nuestros papás no aprendieron a esquiar y no les preocupaba si nos ahumábamos o no (de hecho, después de un invierno no volvieron a subir y nos acompañaba la Margi) una vez que mi hermano aprendió a manejar pudimos empezar a subir en los veranos a repararla. Es una cabaña chiquitita, pero en ella aprendimos a valernos por nosotros mismos. Cada uno de los hermanos tenía una trabajo. Mi hermana Daniela se levantaba a hacer el desayuno mientras yo hacía el aseo y los baños (eso si que cada uno hacía su cama). Mi hermano Andrés ponía la mesa y sacaba la basura (se la llevaba al zorrito) y mi otra hermana, Flavia, dormía. Claro que a la vuelta de esquiar lavaba la loza del desayuno y del almuerzo. La de la cena la lavaban entre Andrés y Flavia.

El centro de esquí Antuco pertenece al Club de Esquí de Los Angeles y con los hijos de los socios aprendimos a esquiar. Se formó con algunos de ellos una amistad tan fuerte que sigue hasta ahora. En un principio eramos nosotros, todos los amigos, que eramos cuidados por los socios. Hoy día se dio vuelta la tortilla y nos toca a nosotros cuidar a los niños. Que emoción ver que se repite esa parte de la historia, enseñarle a los niños a esquiar y que después se valgan por ellos mismos. De hecho mis sobrinos ya están pidiendo quedarse en el invierno una semana más de vacaciones, solos, como lo hacíamos nosotros, pero todavía falta para eso.

Así es Antuquito, no solo la nieve mala que puede encontrar el turista ocasional. Es una familia que está formada por los socios, sus hijos, sus nietos, los andarivelistas que nos ayudan a cuidar a los niños, la Lucy que es la secretaria que nos mantiene informados de todo lo que está pasando arriba cuando está empezando la temporada (¿ya nevó Lucy?, ¿el pisanieve está funcionando Lucy?, ¿el andarivel está armado?) y todos estos años de recuerdo acumulados que hicieron de ese lugar la pasión de mi vida.

16 comentarios:

  1. pareciera que tu pasion mas que por el lugar es por las emociones que tienes asociadas al lugar

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  2. Esquiar en Antuco es un desafìo, yo aprendì ahì, y he escuchado que es una cancha muy complicada, por los tipos de nieve que tiene, las pendientes, una vez alguien me dijo"el que aprende en Antuco es capaz de esquiar en cualquier parte del mundo"...¿serà verdad? yo no lo sè, aparte de Antuco sòlo he esquiado en Chillan, que no tiene nada que ver,cuidate

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  3. Si, es verdad lo que te dijeron. Por lo menos es una ventaja.

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  4. Javier, te cuento que yo aprendí en Antuco, me cai muchas veces pero aprendí... eso creo.. hace como 3 años que no me subo ..espero no se me haya olvidado... muy lindo lugar.. para disfrutar en famolia como dices..
    Saludos

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  5. entonces sí es un lugar que te mueve afectivamente. Es parte de tu historia, de como te has construido, de la historia de tu familia, tus raices, tu presente y tambien tu futuro. Esa es la mayor pasion, lo que te conecta con el ser mas profundo, con tu verdadera esencia. Que importante es cultivar lo que a uno lo hace feliz y pleno, es lo que te mantiene vivo (pero vivo de verdad)

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  6. Creo que todos los deportes son maravillosos. Cuando he tenido la oportunidad de viajar a Antuco, siempre me ha parecido maravilloso.

    Recuerdo que la primera vez fue con algunos amigos de Mulchén, de la parroquia San Esteban. Después he podido hacerlo en varias ocasiones, aunque debo reconocer que me han invitado a practicar esquí, no lo me he atrevido. Soy un poco miedoso.

    Me alegro por ti Javier.

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  7. Comparto tu interés por el deporte blanco (aunque me caiga más de lo que me deslizo) y le agrego el interés por la naturaleza, dos cosas que están unidas, una convive con la otra...

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  8. NO HE TENIDO TIEMPO DE LEER LOS BLOG , QUIERO HACERME SEGUIDORA ¿COMO LO HAGO?

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  9. Javier:

    Muy buena tu publicación, entretenido el relato que haces, además que se aprecia cargado de recuerdos buenos, emociones, que las traspasas en tu texto, muy bien logrado, felicitaciones.
    Debo admitir que el esquí no es mi fuerte, aunque tal vez sea por falta de práctica (nada casi)pero es un bonito deporte, me quedo con lo de compartir en una cabaña en la nieve en un grato ambiente.
    Felicitaciones por tu blog, ahora recuerda que debes escribir sobre recursos didácticos y comentar en 4 blogs, será revisado el 11 de enero.
    No puedo dejar de comentarte que se nota cuando te gustan las cosas, me quedó claro con la exposición que diste en clases y ahora con tu blog, bien muy bien.
    Cariños

    Paola

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  10. Hola Javier. Yo también me caí algunas veces por no decir unas cuantas en las canchas de Antuco.
    Te cuento que quedan pocos días para que la profesora revise los blog y debemos escribir sobre recursos didácticos y además comentar al respecto en 4 blogs de nuestros compañeros.... El plazo vence el 12 de Enero.
    Cariños
    Gladys

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  11. Javier la verdad es que nunca he practicado este deporte, pero si me parece muy atractivo,más aún luego de leer tu publicación.
    Saludos.

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  12. Hola, respecto a tu comentario estoy casi de acuerdo en todo lo que dices, pero creo que el profesor no es un recurso didàctico, sì lo son los apoyos que usamos (data, blogs,rotafolios pelìculas mails etc.), son cosas que nos sirven para apoyar nuestra labor docente y por supuesto que las caracterìsticas que mencionas deben formar parte del profesor, el cual es mediador entre el alumno y este proceso de enseñanza-aprendisaje, el uso de estos recursos es AYUDAR a plasmar la enseñanza en el alumno.
    Te mando un abrazo nuy grande y que este año sea muuuyyy bueno.

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  13. Bonito lugar, el domingo pasado ascendí al cráter y en el camino fui atacado por cuatro maravillosos cóndores...

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  14. Estimado Javier
    Siempre me a parecido fascinante esquiar, creo que el vertigo y la adrenalina que liberas en un descenso deben ser increible , no se, se me imagina que tu debes sentir que vuelas.
    Cuando pequeña y adolescente fui con mis padres y hermanos a Chillan pero nunca he esquiado y creo que me daria mucho miedo a estas alturas de mi vida hacerlo.
    cariñosos saludos , PAULINA

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  15. Estimado Javier
    Creo que esquiar es una sensación maravillosa, el vertigo y la adrenalina que liberas debe ser impresionante. Se me ocurre que mientras desciendes debes sentir que vuelas.
    Jámas he esquiado y a estas alturas de mi vida me daría susto hacerlo.

    Paulina B.

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  16. QUE ADMIRABLE PODER ESQUIAR, CREO QUE ES UNO DE LOS DEPORTES MAS LINDOS... RECUERDO DE PEQUEÑA HABER IDO TODOS LOS AÑOS A LAS TERMAS DE CHILLAN CON UNA FAMILIA AMIGA... ERAN MOMENTOS MARAVILLOSOS... RECUERDOS QUE HOY AÑORO CON NOSTALGIA, PUES HACE MUCHO TIEMPO QUE YA NO LO HAGO.. BIEN POR TI Y SIGUE DISFRUTANDO DE ESTE DEPORTE, COMO SE VE QUE LO HACES

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